lunes, 28 de marzo de 2011

La primera... visita al ginecólogo después del test positivo

Para mí la primera vez que fui al ginecólogo fue por lejos unos de los momentos más terribles. Antes del embarazo había ido como 3 veces y siempre fue algo muy desagradable y en extremo humillante. Porque no es sólo acostarse en esa camillita con todo lo “privado” a la vista, sino que también hay una revisión que se hace eterna.


Pero bueno, esta visita era por otra cosa. Llevaba conmigo el examen que confirmaba el regalito que tenía. No fui sola, el papá de mi bebé iba conmigo para hacer algo de apoyo moral. A partir de esta primera visita una ya comienza a escuchar la palabra “primeriza”, la que uno ama y odio mil veces dentro del embarazo, porque a veces te lo dicen con ternura y otras con un tonito similar a “no cacha una”.


Por suerte este doctor fue bien simpático y trató de hacer lo menos traumante la revisión. Me iba hablando para hacer más relajado todo. Relajado dentro de lo que se puede, porque en un lugar estaba yo semidesnuda siendo “toqueteada” y al otro lado del biombo estaba mi pololo sentado escuchando todo. Es una situación extraña.


Me mandaron a hacer mil exámenes de rutina y para hacerlo más humillante aún, al finalizar la consulta me dice “cuide su peso”, lo que para mí fue un “o te cuidas o de aquí a los nueves meses ruedas por Santiago”. No me quedó otra que sonreír no más, total después de la revisión, ya estábamos en confianza.

1 comentario:

Desahógate mamita!